domingo, 9 de agosto de 2015

Sobre los Ents

Ents

Durante la Guerra del Anillo, los extraños gigantes de los bosques llamados ents acudieron a combatir contra los orcos y hombres de Isengard. Medio hombres, medio árboles, medían más de cuatro metros de altura, y el más viejo de ellos llevaba vividas en la Tierra Media nueve Edades de las Estrellas y del Sol.
El Señor de los ents era Fangorn, a quien en la lengua común llamaban Bárbol. Era enorme y anciano, puesto que pertenecía a la raza más alta y más fuerte nacida en el mundo. El tronco de áspera corteza de Bárbol era como el de un roble o una haya, pero sus brazos como ramas eran suaves y lisos, y poseía unas nudosas manos de siete dedos. La extraña cabeza de Bárbol, casi sin cuello, era alta y tan gruesa como su tronco. Tenía ojos marrones, grandes y llenos de sabiduría, que parecían despedir un resplandor verde, y una enmarañada barba gris como un hato de ramitas y musgo. Estaba hecho de la fibra de los árboles, pero se movía velozmente con unas piernas que no se doblaban y unos pies como raíces vivas, balanceándose y estirándose como un ave zancuda.
Las historias de los elfos cuentan que, cuando Varda, la Reina de los Cielos, volvió a alumbrar las estrellas y con ello despertaron los elfos, también despertaron los ents en los grandes bosques de Arda. Procedían de los pensamientos de Yavanna, la Reina de la Tierra, y eran sus Pastores de Árboles. Demostraron ser pastores y guardianes porque, cuando se provocaba su ira, la furia de los ents era terrible y podían aplastar la piedra y el acero con sus manos desnudas. Se los temía con razón, pero también eran amables y sabios. Amaban a los árboles y a todas las olvar, y las protegían del mal.
En el momento de su Despertar, los ents no sabían hablar, pero los elfos les enseñaron este arte, que les gustó mucho. Les encantaba aprender muchos idiomas, incluso los breves y cortantes de los humanos. Pero preferían sobre todos el idioma que ellos mismos habían creado, y que sólo los ents podían dominar. Surgía de sus gargantas, profundo y lleno como un lento tronar.
Aunque en ocasiones los ents tenían grandes reuniones, llamadas Asambleas de los Ents, en general eran una raza solitaria pues vivían separados los unos de los otros, en aisladas casas en los grandes bosques. A menudo, estas casas eran cavernas montañosas con abundante agua procedente de manantiales, y rodeadas por hermosos árboles. En estos lugares comían, no alimentos sólidos, sino un líquido transparente que guardaban en grandes jarras de piedra. Eran tragos de ent, y el fluido mágico resplandecía con una luz dorada y verdosa. En las casas, también descansaban, y a menudo permanecían de pie durante toda la noche bajo la frescura cristalina de una cascada, para refrescarse. Así los ents vivían sus vidas sabias, casi inmortales, y las muchas razas de la Tierra prosperaron y decayeron a su alrededor sin perturbar su grandeza. Sólo cuando los impuros orcos llegaron armados con armas de acero, los ents se mostraron enfurecidos. Los ents tampoco amaban a los enanos, porque llevaban hachas y cortaban leña. Y se cuenta que, en la Primera Edad del Sol, los guerreros enanos de Nogrod, que habían saqueado la ciudadela de los elfos grises de Menegroth, fueron atrapados por los ents y destruidos por completo. En las Edades de las Estrellas, los ents eran varones y hembras, pero, en las Edades del Sol, las ents mujeres se enamoraron de las tierras abiertas donde podían cuidar de las olvar menores: los árboles frutales, los arbustos, las flores, las hierbas y granos; mientras que los ents varones amaban a los árboles del bosque.
Pero, antes de que terminara la Segunda Edad del Sol, los jardines de las ents mujeres fueron destruidos, y con los jardines desaparecieron también aquéllas. Entre ellas se encontraba la esposa de Bárbol, Fimbrethil, a quien llamaban Miembros de Junco, la de los pies ligeros. Ninguna historia habla de su destino. Quizá las ents mujeres se dirigieron hacia el este, o hacia el sur; pero, fuera lo que fuese lo ocurrido, fue ignorado por los ents de los bosques, quienes las buscaron durante muchos años.
Aunque los ents no podían morir como los hombres, se convirtieron en una raza en decadencia. Nunca habían sido numerosos, y algunos murieron por obra del fuego o del acero, y no había nuevos ents niños tras la partida de las ents mujeres. Además, los enormes bosques de Eriador, por donde muchos de ellos habían vagado, habían sido talados o quemados al llegar la Tercera Edad, así que sólo quedaban el Bosque Viejo, que lindaba con la Comarca, y el gran Bosque de los Ents de Bárbol. En la época de la Guerra del Anillo, Bárbol era uno de los tres ents más viejos, que habían nacido bajo la luz de las estrellas en el Tiempo del Despertar. Además de Bárbol, estaban Finglas, que significa Zarcillo, y Fladrif, que significa Corteza, pero estos dos últimos se habían desentendido incluso de los asuntos de los otros ents. Los ents eran hostigados por los servidores de Saruman, que habitaban en la vecina Isengard. Por eso entraron en la Guerra del Anillo, y ello constituyó la Gran Marcha de los Ents. Fila tras fila, los ents marcharon contra la fortaleza de Isengard. Con ellos iban los ucornos, los espíritus arbóreos que los obedecían y cuya fuerza era casi tan grande como la de éstos. Las murallas de Isengard fueron destruidas por la ira de los ents y el poder de Saruman fue eliminado. En la Batalla de Cuernavilla, los ucornos avanzaron como un bosque andante, y las legiones de Saruman fueron exterminadas.
Después de la Guerra del Anillo, los ents volvieron a vivir pacíficamente en el Bosque de los Ents, pero siguieron menguando, y se cree que la Cuarta Edad fue la última que vieron.

Las Edades del Sol

La Primera Edad del Sol

Aunque las Edades del Sol son el núcleo principal de prácticamente todas las historias de Tolkien, este astro no surge en el cielo hasta la trigésima edad valariana o, lo que es lo mismo, 30.000 años humanos después de la Creación de Arda. Aun así, el tiempo transcurrido en años solares es muy extenso. Al final de la Guerra del Anillo y de la Tercera Edad habrán transcurrido 7.063 años humanos. En las primeras cronologías de los «Anales de Valinor», Tolkien nos cuenta que 29.980 años humanos después de la Creación de Arda, Melkor y la Gran Araña Ungoliant pusieron fin a las Edades de los Árboles en Valinor y extinguieron su luz para siempre. Pero las Valar Yavanna, Dadora de Frutos, y Nienna, la Plañidera, consiguieron extraer de sus restos arruinados una única flor de plata llamada Isil la Refulgente y un único fruto dorado llamado Anar el Fuego de Oro. Fueron colocados en grandes recipientes forjados por Aulë el Herrero y, en el año 30.000 (cronología humana) de la Creación de Arda, estos brillantes recipientes fueron llevados a los cielos. Eran el Sol y la Luna y a partir de entonces iluminaron todas las tierras de Arda.
Igual que el Renacimiento de las Estrellas significó el Despertar de los elfos, el Amanecer del Sol señaló el Despertar de los hombres. Cuando la primera luz de la mañana penetró en los ojos de los hombres, despertaron a una nueva edad. Porque Ilúvatar, igual que había creado la raza inmortal de los elfos en el principio de los tiempos y la había escondido en la laguna de Cuiviénen, también había creado la raza mortal de los hombres y los ocultó en el este de la Tierra Media, en un lugar llamado Hildórien, la «tierra de los seguidores», al otro lado de las Montañas del Viento.
Este nuevo pueblo no podía compararse con los elfos en cuanto a fuerza de cuerpo y alma. Eran mortales y su vida era breve, incluso comparada con la de los enanos. Compadecidos, los elfos enseñaron a estas gentes enfermizas todo lo que pudieron, pero terminaron descubriendo que en su mortalidad residía una fuerza secreta. Porque esta raza resultó ser más adaptable a las exigencias de un mundo cambiante y, a pesar de morir fácilmente y en gran número, también se reproducían más rápido que cualquier otra raza con excepción de la de los orcos.
Las tribus de este pueblo nómada vagaron por todas las regiones de la Tierra Media. Pero los mejores y los más fuertes de ellos fueron los edain, aquellos que llegaron primero a los reinos eldar de Beleriand. La Primera Edad del Sol fue la Edad Heroica que comenzó con la llegada de los Altos elfos noldor procedentes de Eldamar, quienes perseguían a Melkor, a quien llamaban Morgoth, el Enemigo Negro. Porque Morgoth no sólo había destruido los Árboles de la Luz sino que también atacó la fortaleza élfica de Formenos, mató al Gran Rey de los noldor y se apoderó de las joyas mágicas llamadas los Silmarils. Estas tres gemas eran el mayor tesoro de los noldor, puesto que las habían creado a partir de la luz de los Árboles de los Valar. La pugna por la posesión de estas joyas desembocó en la Guerra de las Grandes Joyas y le proporcionó a Tolkien el tema de El Silmarillion. Esta conflagración duró seis siglos y en ella destacaron seis grandes batallas.
Morgoth acabó con los Árboles de la Luz, se apoderó de los Silmarils y huyó a Angband unos veinte años humanos antes del inicio de la Primera Edad del Sol. Las Guerras de Beleriand comenzaron una década después, cuando Morgoth envió sus legiones de orcos contra los elfos de Beleriand. Aquélla fue la Primera Batalla, en la que las hordas de orcos fueron derrotadas al fin y rechazadas a Angband. La Segunda Batalla tuvo lugar cuatro años humanos antes de que surgiera el Sol y recibió el nombre de «Batalla bajo las Estrellas», Dagor-nuin-Giliath. Las fuerzas de Morgoth salieron al encuentro de los recién llegados elfos noldor en Beleriand noroccidental. A pesar de ser inferiores en número, los noldor lucharon ferozmente durante diez días. Mataron a todos los que les plantaron cara y obligaron a los demás orcos a retirarse a Angband.
En el año 56 de la Primera Edad del Sol, las fuerzas de Morgoth habían recuperado la suficiente potencia como para enviar un ejército mayor que los dos anteriores juntos. Esta Tercera Batalla recibió el nombre de Batalla Gloriosa, Dagor Aglareb, porque los elfos, además de vencer a las legiones orcas de Morgoth, les cortaron la retirada y las aniquilaron. La victoria fue tan completa que, durante casi cuatro siglos, los elfos sitiaron Angband. Durante este período se produjeron incursiones de orcos en Hithlum y, en el 260, Glaurung el Dragón intentó un ataque, pero durante casi todo el tiempo reinó la paz en Beleriand. Pocos siervos de Morgoth se aventuraban a ir al sur de las Montañas de Hierro. Sin embargo, cuando Morgoth rompió por fin la Larga Paz, estaba verdaderamente preparado. En el año 455, sus legiones de orcos estaban mandadas por balrogs y dragones con aliento ígneo. Ésta fue la Cuarta Batalla, que se llamó Batalla de la Llama Súbita, o Dagor Bragollach. Fue seguida por la Quinta Batalla, la Batalla de las Lágrimas Innumerables, o Nirnaeth Arnoediad. Estas dos batallas terminaron con una victoria aplastante de Morgoth y significaron la destrucción de todos los reinos élficos de Beleriand. Nargothrond fue saqueada en el 496. Poco después fue arrasada Menegroth, y el 511 vio la caída de Gondolin, el último reducto élfico.
Durante casi un siglo, Morgoth retuvo su férreo control de la Tierra Media. Por fin, los Valar y los Maiar no pudieron tolerar más su maldad y en el año 601 llegaron por tercera y última vez para hacer la guerra al Enemigo Negro en un cataclismo que recibió el nombre de Guerra de la Ira y Gran Batalla. El conflicto fue tan terrible que no sólo Angband fue destruida sino que con ella desaparecieron las hermosas tierras de Beleriand. Y, aunque Morgoth recurrió a todos sus monstruos y demonios, e incluso a una legión de dragones de fuego, fue vencido y arrojado para siempre al Vacío. Pero esta victoria supuso un precio. Beleriand quedó arrasada. Las Montañas de Hierro y las Montañas Azules fueron desgarradas y dejaron paso a las aguas del mar. Toda Beleriand quedó inundada y se hundió por fin bajo el Mar Occidental. Así terminó la Primera Edad del Sol.


La Segunda Edad del Sol

La Segunda Edad fue la Edad de los númenóreanos. Como se narra en el «Akallabêth» o «La Caída de Númenor», éstos eran hombres que descendían de los edain de la Primera Edad y a quienes los Valar habían entregado la tierra recién creada en mitad del ancho mar que separaba la Tierra Media de las Tierras Imperecederas.
Se concedió a los númenóreanos una esperanza de vida mucho mayor que la de los humanos corrientes, y con el paso de los siglos su poderío y riqueza crecieron, y su marina navegó por todos los mares del mundo mortal. Númenor, que a menudo se traduce por Oesternesse, era llamada también «tierra de los dones», «tierra de la estrella» y Atlantë, porque era, de hecho, la reinvención de Tolkien del antiguo mito del continente perdido de Atlantis.
La Númenor de Tolkien era un reino que ocupaba una isla con forma de estrella de cinco puntas. En su punto más estrecho medía cuatrocientos kilómetros de anchura y casi el doble en el punto más ancho. Se dividía en seis regiones: una por cada península y una sexta que era el centro de la isla, donde se alzaba la montaña sagrada, Meneltarma, o «pilar del cielo», la cima más elevada de Númenor. En sus laderas se encontraba Armenelos, la «ciudad de los reyes», donde habitaba el rey, que era la ciudad más poblada de Númenor. Más abajo se encontraba el puerto real de Rómenna. Los otros puertos importantes, Eldalondë y Andúnië miraban a Occidente, hacia las Tierras Imperecederas.
El primer rey de Númenor fue Elros, hijo de Eärendil y hermano gemelo de Elrond Medio elfo; esto fue porque, al final de la Primera Edad, cuando los Valar dijeron a los gemelos Medio elfos que debían elegir su destino, Elrond escogió el de los elfos inmortales, mientras que Elros se convirtió en rey de los edain mortales. Sin embargo, al ser Medio elfo, se le concedió una vida de quinientos años y gobernó como rey de Númenor hasta el año 442 de la Segunda Edad.
Mientras los númenóreanos prosperaban en su isla, los Altos elfos que habían sobrevivido a los conflictos de la Primera Edad y que quisieron quedarse en la Tierra Media se reunieron bajo el estandarte de Gil-galad, el último Gran Rey elfo, en el reino de Lindon. Esta pequeña región, la única que escapó a la destrucción de Beleriand, se encontraba a ambos lados del golfo de Lune. A medida que fueron pasando los años, muchos de estos Altos elfos de Lindon viajaron hacia el este y fundaron nuevos reinos. Los señores sindar establecieron reinos entre los elfos silvanos de Bosqueverde el Grande y el Bosque Dorado de Lothlórien en la cuenca del Anduin. En el siglo octavo, los elfos noldor de Celebrimbor establecieron el reino de los Herreros elfos de Eregion, justo al oeste del reino enano de Khazad-dûm. Pero no fueron sólo los elfos y los enanos quienes prosperaron y crecieron durante esta época. Sauron el Hechicero permaneció en el mundo mortal y se esforzó en ser el sucesor de Melkor como Señor Oscuro de la Tierra Media.
En el año 1000, Sauron comenzó a crear en secreto su reino maligno de Mordor, esclavizando a las razas de hombres bárbaros del este y del sur y reuniendo a orcos y otros seres malignos en su reino. También comenzó a edificar la Torre Oscura de Barad-dûr. Asumió una apariencia hermosa bajo el nombre de Annatar, que significa «señor de los dones», e intentó seducir a los elfos con su sabiduría y su poder. Sólo Celebrimbor y los Herreros elfos de Eregion creyeron el engaño. Usando los poderes combinados de la magia y la metalurgia, Sauron y los Herreros elfos colaboraron en la creación de muchos objetos fantásticos. En el año 1500 alcanzaron la cúspide de su capacidad y, siguiendo las instrucciones de Sauron, comenzaron a forjar los Anillos de Poder. Para el año 1600 todos los Anillos estaban acabados; Sauron regresó a Mordor subrepticiamente, donde terminó la construcción de la Torre Oscura de Barad-dûr y forjó el Anillo Único, con lo que se convirtió en el Señor de los Anillos.
Cuando los Herreros elfos se dieron cuenta de que habían sido utilizados para que Sauron se convirtiera en el todopoderoso Señor de los Anillos, se rebelaron contra él y entre 1693 y 1701 se libró la sangrienta Guerra de Sauron y los elfos. En ese conflicto Sauron mató a Celebrimbor, destruyó la ciudad de los Herreros elfos, arrasó Eregion y ocupó casi todo Eriador. Los enanos de Khazad-dûm evitaron la guerra y cerraron sus puertas al mundo exterior. A partir de entonces, el reino oculto fue conocido como Moria, el «abismo negro». En la terrible pugna murieron la mayoría de los elfos de Eregion. Los pocos que sobrevivieron fueron guiados por Elrond Medio elfo a las estribaciones de las Montañas Nubladas, donde fundaron la colonia de Imladris, que los hombres llamarían más tarde Rivendel. Tras su victoria sobre Celebrimbor, Sauron reunió sus fuerzas y marchó contra Gil-galad de Lindon. En el último momento, una imponente flota de númenóreanos se unió a las fuerzas élficas, y el ejército combinado resultó tan potente que las legiones de Sauron fueron completamente aplastadas y él tuvo que retirarse a Mordor.
Durante los siguientes mil años, Sauron no hizo nada contra los elfos sino que se dedicó a las tribus bárbaras de Orientales y haradrim, extendiendo su tenebrosa sombra por el mundo. Entre los salvajes reyes de estos pueblos, y entre los númenóreanos negros, distribuyó los Nueve Anillos de los Hombres Mortales. Al llegar el siglo veintitrés se habían convertido en los Nazgûl, sus principales siervos malignos, llamados por los hombres Espectros del Anillo. Entretanto, los númenóreanos se habían convertido en la máxima potencia naval del mundo. Crearon numerosas colonias en las costas de la Tierra Media, así como los puertos-fortalezas de Umbar y Pelargir. Por último, el crecimiento del imperio marítimo de Númenor y del imperio terrestre de Mordor llevó a una confrontación.
En el año 3261, una enorme armada númenóreana tocó puerto en Umbar y de ella salió una fuerza potentísima que marchó sobre Mordor. Sauron se dio cuenta de que su poder no era tan grande como el de los númenóreanos y que no tenía posibilidad de vencerlos, ni siquiera recurriendo a la fuerza de las armas. Aun así, los pueblos del mundo quedaron asombrados cuando el Señor de los Anillos bajó de su Torre Oscura en Mordor y se entregó. Los númenóreanos cargaron de cadenas a Sauron, lo llevaron a su reino y lo encerraron en el más seguro de sus calabozos. Pero, por medio de la astucia, Sauron consiguió lo que no le fue posible por la fuerza de las armas: aconsejó falsamente a los orgullosos reyes númenóreanos y los corrompió, de manera que llegaron a hacer planes contra los mismísimos Valar. Tan eficaz resultó esta corrupción que los númenóreanos osaron reunir la mayor flota de barcos que nunca se había visto y zarparon hacia el oeste para hacer la guerra a los Poderes de Arda. Debido a este acto, Ilúvatar hizo que la hermosa isla de Númenor se hiciera pedazos. Las montañas y las ciudades se derrumbaron, el mar se alzó iracundo y todo Númenor se hundió en un abismo acuático.
Con aquel cataclismo llegó también el Cambio del Mundo. Las Tierras Imperecederas fueron situadas más allá de las Esferas del Mundo y quedaron para siempre fuera del alcance de todos, con excepción de los Escogidos, quienes viajaban en barcos élficos por el Camino Recto atravesando las esferas de ambos mundos. Aquél fue el fin de la Edad de Atlantis, tal y como la conocemos en los mitos, y el mundo se cerró en sí mismo. Ya no era un mundo plano limitado por un Mar Circundante y encerrado dentro de una esfera de aire y éter, sino que se convirtió en el planeta esférico que nosotros conocemos.
Pero la Segunda Edad no terminó con el Hundimiento de Númenor en el año 3319, ni tampoco desapareció completamente la herencia de los númenóreanos. Porque, como cuentan las historias de esa época, había algunos de entre los númenóreanos, mandados por los príncipes de Andúnië, que se denominaron a sí mismos los Fieles y se negaron a dar la espalda a los Valar y los eldar. Guiados por Elendil el Alto, navegaron a bordo de nueve barcos en dirección este, hacia las costas de la Tierra Media, en el momento del cataclismo. Éstos fueron los dúnedain, los Fieles númenóreanos supervivientes que establecieron los reinos de Arnor y Gondor en la Tierra Media.
Pero casi inmediatamente hubo pugnas y conflictos porque, gracias al poder del Anillo Único, Sauron también escapó de la Caída de Númenor y regresó a Mordor, donde comenzó a planear la destrucción de todos los reinos élficos y dúnedain que quedaban en la Tierra Media. Como respuesta se formó la Última Alianza de elfos y hombres, y el ejército de Sauron fue derrotado en la Batalla de Dagorlad. Entrando en Mordor, la Alianza puso sitio a la Torre Oscura durante siete largos años hasta que Sauron fue vencido. En este último combate, el rey dúnadan Elendil y su hijo Anárion, así como el último Gran Rey de los elfos en la Tierra Media, Gil-galad, fueron muertos antes de que Isildur, hijo de Elendil, cortara el dedo en el que Sauron tenía el Anillo. Con la conquista de Mordor, la destrucción de la Torre Oscura, la expulsión de los Espectros del Anillo y la caída de Sauron, en el año 3441, la Segunda Edad del Sol terminó.


La Tercera Edad del Sol

Los dos temas dominantes en la historia de Tolkien de la Tercera Edad del Sol son la supervivencia de los reinos de Arnor y Gondor, y el destino del Anillo Único de Sauron. Ambos temas están relacionados.
Al terminar la Segunda Edad, cuando Sauron, el Señor de los Anillos, fue vencido, fue Isildur, que sería Gran Rey del Reino Unificado de Gondor y Arnor, quien cortó el dedo que llevaba el Anillo Único. En aquel momento, se creyó que aquél era un acto correcto y la única manera de acabar con el poder del Señor Oscuro. Sin embargo, en el momento en que Isildur cogió el Anillo Único, una parte de él se corrompió bajo los efectos de su maligno poder, pues, a pesar de ser fuerte y virtuoso, Isildur no pudo resistir sus promesas de poder.
Aunque llegó a las laderas volcánicas del mismísimo Monte del Destino, en cuyos fuegos se había forjado el Anillo y el único lugar donde podría ser destruido, no fue capaz de arrojar el Anillo. Isildur sucumbió a la tentación y tomó el Anillo Único para sí, de manera que la maldición cayó sobre él. En el segundo año de la Tercera Edad, Isildur y sus tres hijos mayores viajaban hacia el norte por la cuenca del Anduin, cuando su séquito cayó en una emboscada de los orcos.
Ésta fue la Batalla de los Campos Gladios en la que perdieron la vida Isildur y sus tres hijos y en la que el Anillo Único se perdió en las aguas del río Anduin. Hicieron falta tres mil años para enderezar las desastrosas consecuencias de lo ocurrido en los Campos Gladios. La pérdida del Anillo Único significaba que el espíritu maligno de Sauron no descansaría hasta que el Anillo fuera encontrado y destruido, mientras que la muerte del Gran Rey del Reino Unificado de los dúnedain significó la partición de éste en dos reinos separados: Arnor y Gondor.
En efecto, al sucumbir Isildur a la tentación del Anillo Único, la maldición de éste cayó sobre todo el pueblo dúnadan. Esta maldición dominó toda la Tercera Edad, porque el Reino Unificado no podía ser restaurado en tanto no se destruyera el Anillo Único y un único heredero legítimo (que tuviera la capacidad de resistir a las tentaciones del Anillo) fuera reconocido por todos los dúnedain. Sólo entonces volvería a gobernar un Gran Rey sobre el Reino Unificado. Con todo, durante el primer milenio de la Tercera Edad, el poderío del reino meridional de Gondor creció a pesar de los constantes conflictos en sus fronteras y de las invasiones de Orientales en los siglos quinto y sexto. Al llegar el siglo noveno, Gondor había reunido una poderosa flota que podía sumar al poderío militar de su ejército. En el siglo once, Gondor alcanzó su apogeo: rechazó a los Orientales hasta el mar de Rhûn, convirtió Umbar en una fortaleza de Gondor y sojuzgó a las gentes de Harad. Aunque el reino septentrional de Arnor nunca llevó sus fronteras más allá de Eriador, prosperó hasta el siglo noveno. Entonces las disputas internas llevaron a la división del reino en tres estados independientes que acabaron peleándose entre sí. Al llegar el siglo doce, el espíritu de Sauron había regresado en secreto a la Tierra Media, con la forma de un ojo maligno y único envuelto en llamas. Se refugió en el Bosque Negro meridional, en la fortaleza de Dol Guldur. A partir de entonces, las fuerzas de la oscuridad fueron adquiriendo más y más poder en toda la Tierra Media. A partir del siglo trece, Arnor fue viéndose reducido por una combinación de catástrofes naturales y luchas internas. Pero la mayor de sus maldiciones fue el principal siervo de Sauron, el Señor de los Espectros del Anillo, quien se convirtió en rey brujo de Angmar y mantuvo un estado de guerra durante más de cinco siglos contra los reyes de Arnor. Al fin, en 1974, el rey brujo tomó el último reducto arnoriano, Fornost, y Arnor dejó de existir como reino. Después de la muerte del vigésimo tercer rey de Arnor, el linaje real continuó a través de los Capitanes tribales de los dúnedain.
La decadencia del reino meridional de Gondor durante el segundo milenio de la Tercera Edad se debió a tres causas. La primera fue la Guerra entre Parientes del siglo quince. Ésta fue una sangrienta guerra civil que ocasionó miles de muertos, la destrucción de ciudades, la pérdida de gran parte de la flota de Gondor y el fin de su control sobre Umbar y Harad. La segunda maldición fue la Gran Plaga de 1636 que Sauron lanzó sobre Gondor y Arnor. Los dúnedain nunca se recobraron de esta calamidad, porque fueron tantos los muertos que zonas enteras de su reino quedaron desiertas para siempre. La tercera maldición fueron las invasiones de los Aurigas en los siglos diecinueve y veinte. Estas invasiones, llevadas a cabo por una confederación bien armada de pueblos Orientales, duraron casi cien años. Aunque los Orientales acabaron siendo derrotados y expulsados, debilitaron de manera decisiva el ya disminuido poder de Gondor.
En el año 2000, el mismo rey brujo que había destruido el reino septentrional de Arnor, salió de Mordor. Con su terrible ejército atacó directamente a Gondor y tomó la torre de Minas Ithil, que rebautizó como Minas Morgul. En el año 2050, el rey brujo mató al trigésimo primero y último rey de Gondor. A partir de entonces, Gondor careció de heredero legítimo al trono y fue gobernado por la dinastía de los Senescales gobernantes. En resumen, Arnor tenía un rey sin reino, mientras que Gondor tenía un reino, pero no un rey. Lo que es más, inspirados por la maldad de Sauron, se produjeron sucesivas invasiones y ataques por parte de los Orientales, balchoth, Sureños, númenóreanos negros, Corsarios, dunlendinos y Montañeses, contra los dúnedain y sus aliados. A esto hay que añadir el despertar del Balrog, el resurgir de los dragones, las invasiones de manadas de lobos y huargos y la creación de las nuevas criaturas malignas, los uruk-hai, los olog-hai y los Medio orcos. Todos ellos se sumaron a las legiones de orcos y trolls que reconocían a Sauron como señor. Durante otros mil años, el poder de Sauron no hizo más que aumentar, mientras que el de los dúnedain disminuía. La culminación de todos los acontecimientos de la Tercera Edad llegó en el año 3019, con el estallido de la Guerra del Anillo, cuando Sauron, el Señor de los Anillos, se lo jugó todo apostando por su hechicería y su poderío militar en un intento de destruir a los últimos dúnedain y de ocupar todas las regiones de la Tierra Media. Es en ese contexto en el que J. R. R. Tolkien ambientó su obra maestra, El Señor de los Anillos.
Resulta interesante observar cómo todo el peso de esos tres mil años de historia se proyecta en los dos años, 3018 y 3019, de los que trata la trilogía. Los acontecimientos de la Misión y de la Guerra del Anillo están cargados de importancia histórica porque el lector se da cuenta del hecho de que cada acción de los personajes principales es decisiva para el resultado y desenlace de toda la edad.
La Tercera Edad termina cuando es destruido el Anillo Único; el imperio de maldad de Sauron se derrumba, los otros Anillos de Poder se dejan inactivos y el último heredero legítimo al trono de los dos reinos es coronado Gran Rey del Reino Unificado de los dúnedain. Se trata de la resolución, no sólo de la novela, sino de toda la Tercera Edad. De hecho se asiste al desenlace de los conflictos habidos durante los 37.063 años de historia de Arda.


La Cuarta Edad del Sol

Con el fin de la Guerra del Anillo, la paz y la prosperidad regresaron a la Tierra Media. Pero al mismo tiempo se ordenó que los últimos grandes poderes élficos desaparecieran de las tierras mortales. Los últimos buenos y grandes personajes de esta raza -junto con unos cuantos escogidos de la Comunidad del Anillo- se embarcaron en las naves élficas y por el Camino Recto navegaron hacia Occidente, hacia las Tierras Imperecederas.
De esta manera, la Tercera Edad deja paso a la Cuarta, conocida como la Edad del Dominio de los hombres; una edad en la que desaparecen las últimas influencias élficas y en la que los grandes poderes se alejan, más allá de nuestra comprensión.
Desde entonces, las Tierras Imperecederas se alejan de las esferas de la existencia humana, colocando a dioses y elfos más allá de nuestro alcance y, sin duda, la física del mundo se adapta a nuestro actual sentido del tiempo y el espacio, de manera que la Tierra comienza a girar alrededor del Sol.

La Edad de la Estrella



Transcurridas muchas Edades de la Oscuridad, Varda, la Señora de los Cielos, recogió el rocío del Árbol Plateado de los Valar y, cruzando los cielos, encendió de nuevo las tenues estrellas que brillaban débilmente sobre la Tierra Media, de manera que se volvieron brillantes y cegadoras en la noche aterciopelada. Las criaturas de Melkor estaban tan poco acostumbradas a la luz que gritaron de dolor cuando aquellos rayos de luz estelar atravesaron sus tenebrosas almas. Aterrorizadas, huyeron y se escondieron.
Pero, por encima de todo, el Renacimiento de las Estrellas significó el Despertar de los elfos. Porque, cuando las estrellas brillaron sobre la Tierra Media, los elfos despertaron con la luz estelar en sus ojos, y algo de aquella mágica luz quedó para siempre en ellos. El lugar del Despertar fue la laguna de Cuiviénen, en las orillas de Helcar, el mar interior a los pies de las Orocarni, las Montañas Rojas.
Las Edades de las Estrellas fueron también el tiempo en que despertaron otros dos pueblos parlantes: los enanos, que fueron concebidos por Aulë el Herrero, y los ents, que fueron concebidos por la esposa de Aulë, Yavanna, la Dadora de Frutos. También entonces, Melkor crió otras dos razas de criaturas malignas en los pozos de Utumno. Fueron los orcos y los trolls: formas de vida corruptas hechas a partir de elfos y ents torturados que cayeron en sus manos.
Cuando Oromë el Jinete descubrió el Despertar de los elfos y los Valar se enteraron del mal que Melkor les había infligido, se reunieron en consejo de guerra. Los Valar y Maiar se dirigieron hacia la Tierra Media dispuestos a batallar contra Melkor. Durante esta Guerra de los Poderes, exterminaron las legiones malignas de Melkor, derrumbaron la gran muralla de las Montañas de Hierro y destruyeron completamente Utumno. El dominio de Melkor sobre la Tierra Media había terminado. Aquél fue cargado de cadenas y permaneció prisionero en Valinor durante muchas edades.
Este período se conoció como la Paz de Arda y fue la época del Gran Viaje, cuando los elfos realizaron sus grandes migraciones hacia el oeste, a Eldamar, en las costas de las Tierras Imperecederas. En su mayor parte, éstos fueron años gloriosos para los elfos, tanto en la Tierra Media como en las Tierras Imperecederas.
Los Altos elfos que consiguieron terminar el Gran Viaje y que se establecieron en Eldamar construyeron las ciudades maravillosas de Tirion, Alqualondë y Avallónë. Pero muchos otros se quedaron atrás, debido al amor que profesaban a la Tierra Media. Crearon sus reinos en tierras mortales y vivieron vidas gloriosas.
Durante las Edades de las Estrellas hubo un gran reino élfico en Beleriand, en el noroeste de la Tierra Media. Lo crearon los elfos del pueblo de los teleri que seguían al rey Thingol y a la reina Melian la Maia. Se los llamó elfos grises o sindar, y su reino era la enorme región boscosa de Doriath. Su capital fue Menegroth, las Mil Cavernas, y las cavernas y cuevas de su ciudadela constituían una de las maravillas de la Tierra Media. Menegroth estaba hábilmente tallada para parecer un bosque de hayas subterráneas, con árboles, aves y animales esculpidos en piedra y grandes salas pobladas de fuentes plateadas e iluminadas por lámparas de cristal.
Los señores de los sindar fueron los amos de Beleriand y los elfos más poderosos de la Tierra Media en las Edades de las Estrellas. Sus aliados eran los elfos marinos de las Falas, los laiquendi (o elfos verdes) de Ossiriand y los enanos de Belegost y Nogrod en las Montañas Azules.
Estos reinos enanos de Nogrod y Belegost prosperaron merced a su comercio con los elfos de Beleriand a lo largo de las Edades de las Estrellas. Maestros en el trabajo de la piedra, excavaron enormes galerías bajo las Montañas Azules en busca de metales preciosos y fueron contratados por los elfos para excavar la mayoría de las grandes estancias y salas de Menegroth. Los enanos de Nogrod eran considerados los mejores herreros de la Tierra Media y forjaban espadas y lanzas del mejor acero, mientras que los enanos de Belegost fueron los primeros en fabricar cotas de malla y armaduras a prueba de dragones.
Hasta cierto punto, las alianzas de los elfos de Beleriand se extendían hacia el este, hasta el enorme bosque primitivo de Eriador. Porque allí, durante las Edades de las Estrellas, la raza de los ents, los gigantescos Pastores de Árboles, vivió y ofreció su amistad a los elfos sindar de Beleriand y a los elfos silvanos. Más allá de Eriador, en las Montañas Nubladas, se encontraba Khazad-dûm, el más importante de los reinos enanos. También prosperó en las Edades de las Estrellas y extendió sus construcciones bajo las montañas, aunque no desempeñó un gran papel en las historias y fortunas de Beleriand.
Las Edades de las Estrellas duraron diez mil años humanos y fueron tiempos de descubrimientos y maravillas, de gloria y de magia. Pero todo esto terminó cuando Melkor fue por fin liberado en Valinor. Tras un período de aparente arrepentimiento, se alzó en toda su ira y destruyó los Árboles de los Valar. Luego huyó a la Tierra Media septentrional, donde volvió a ocupar su fortaleza de Angband en las Montañas de Hierro. La Paz de Arda terminó cuando el conflicto se extendió a la Tierra Media, y las Edades de las Estrellas tocaron a su fin.

La Edad de la Oscuridad


Mientras que Valinor y las Tierras Imperecederas eran bañadas por la resplandeciente y brillante Luz de los Árboles, todas las regiones de la Tierra Media se veían sumergidas en la oscuridad. Aquéllas fueron las Edades de la Oscuridad en la Tierra Media, cuando Melkor excavó los infernales pozos de Utumno, en lo más profundo de las Montañas de Hierro. Con maligno esplendor, dio forma a demoníacos palacios subterráneos con enormes salas abovedadas, túneles laberínticos e insondables mazmorras hechas de piedra negra, fuego y hielo. En aquel horrible lugar, reunió el Señor de la Oscuridad a todos los poderes malignos del mundo. Su número parecía infinito, y Melkor nunca se cansaba de crear nuevas y aún más terribles formas. Espíritus crueles, fantasmas, espectros y demonios acechaban en las estancias de Utumno. Todas las serpientes del mundo se criaron en los pozos de un reino tenebroso que era el hogar de licántropos y vampiros e innumerables monstruos que se alimentaban de sangre, e insectos que volaban o se arrastraban. Dentro de Utumno, todos obedecían a los demonios discípulos de Melkor, los terribles espíritus Maiar llamados los balrogs, con sus látigos flamígeros y sus negras mazas. El principal de ellos era el Gran Capitán de Utumno, Gothmog, el Balrog.
Pero Utumno no era el único dominio de Melkor. Al principio de las Edades de la Oscuridad, Melkor se alegró de su victoria sobre los Valar y de la destrucción de Almaren y las Grandes Lámparas de Luz. A partir de entonces, buscó sin descanso aumentar más y más su poder y en la parte más occidental de las Montañas de Hierro construyó un segundo dominio. Éste fue la gran fortaleza y armería llamada Angband, la «Prisión de Hierro».
Entonces nombró Señor de Angband a su discípulo más poderoso, Sauron, el hechicero Maia. Con excepción de Manwë, Señor de los Vientos, cuya penetrante mirada vigilaba desde la sagrada montaña de Taniquetil, y las escasas visitas de Oromë el Jinete Salvaje, Yavanna, la Protectora de los Bosques y las Praderas, era la única Vala que visitaba la Tierra Media en aquellos días. Así pues, fue la Dadora de Frutos quien lanzó un sortilegio protector, el Sueño de Yavanna, sobre toda la flora y fauna que había creado para que pudieran sobrevivir a la oscuridad y a la maldad del gobierno de Melkor.
Y éstas fueron las Edades de Gloria para Melkor, el Señor de la Oscuridad. Al destruir las Lámparas de la Luz, Melkor se adueñó de todas las regiones oscurecidas y devastadas de la Tierra Media. Y sobre ellas ejerció su dominio durante diez mil años humanos.




Las Edades de Los Árboles

       Tras la destrucción de las Grandes Lámparas y del primer reino de Almaren, los Valar se dirigieron al oeste, al continente de Aman, donde crearon un segundo reino que se llamó Valinor, que significa «Tierra de los Valar». Allí cada uno ocupó una parte de tierra y edificó mansiones y creó jardines, pero también construyeron Valimar, el «Hogar de los Valar», una ciudad amurallada con cúpulas y torres de oro y plata, llena con la música de muchas campanas.
En una verde colina, junto a las doradas puertas occidentales de Valimar, los Valar plantaron dos enormes y mágicos árboles. Fueron los árboles más altos que jamás hayan existido y recibieron los nombres de Laurelin el Dorado y Telperion el Blanco. Estos Árboles de Valinor tenían casi las dimensiones de las colosales Lámparas de los Valar, y de ellos emanaba un brillante resplandor de luz plateada y dorada a la vez. El crecimiento y mengua de las flores de cada Árbol constituyeron una manera para medir los días, y la luz misma alimentaba a todos quienes vivían dentro de su resplandeciente presencia, llenándolos de bendiciones y sabiduría.
Sabemos por los primeros apuntes y crónicas de Tolkien, en los «Anales de Valinor», que las Edades de los Árboles comenzaron mil años valarianos después de la Creación de Arda; es decir, en la décima edad valariana, o diez mil años humanos después de la Creación de Arda. También sabemos que las Edades de los Árboles comprenden casi veinte edades valarianas o, lo que es lo mismo, veinte mil años humanos.
Existe, sin embargo, un factor complejo en la cronología de Tolkien para Arda, porque las Edades de los Árboles sólo atañen a las Tierras Imperecederas. Se nos cuenta que, al llegar a Aman, los Valar levantaron una gran muralla que tomó la forma de las montañas Pelóri, para impedir el paso a Morgoth y a todas sus criaturas. Estas montañas, las más altas del mundo, protegieron en efecto a Valinor contra una invasión, pero también encerraron la Luz de los Árboles, por lo que el resto de Arda permaneció en la oscuridad. Por ello, durante las Edades de los Árboles nos encontramos con sistemas paralelos de tiempo. Así, mientras que las Tierras Imperecederas disfrutaban de la gloria de los Árboles, la Tierra Media atravesó dos épocas, cada una de las cuales duró diez mil años humanos: las Edades de la Oscuridad y las Edades de las Estrellas.
En las Tierras Imperecederas, las Edades de los Árboles se dividieron en dos eras. Las diez primeras edades valarianas, o diez mil años humanos, de las Edades de los Árboles se conocieron como los Años de la Bendición de Valinor. Durante este período, los Valar y los Maiar prosperaron y sus grandes mansiones y moradas se hicieron aún más grandes y más hermosas. Manwë creó las águilas, Yavanna los ents y Aulë los enanos. Verdaderamente esos tiempos fueron benditos en Valinor, mientras que, al otro lado de las murallas de las montañas Pelóri, la Tierra Media soportaba el terror y la maldad del dominio de Melkor durante las Edades de la Oscuridad.
Durante las diez edades valarianas siguientes, se nos revelan muchas más cosas sobre los acontecimientos en Valinor y en la Tierra Media. Esta segunda era de las Edades de los Árboles recibió el nombre de Mediodía de los Benditos, pero en la Tierra Media se la llamó Edades de las Estrellas. Fue entonces cuando Varda, la Reina de los Cielos, volvió a encender las estrellas sobre la Tierra Media y provocó el Despertar de los elfos. Después, cuando llegaron a las Tierras Imperecederas las nuevas del Despertar de los elfos y de que Melkor quería esclavizarlos, matarlos y corromperlos, los Valar celebraron un consejo de guerra. Fieros, como ángeles vengativos, los Valar y los Maiar regresaron a la Tierra Media y aplastaron a su paso a las legiones de Melkor. Esta lucha recibió el nombre de Guerra de los Poderes, y en ella hubo muchas batallas y duelos, en cuyo transcurso los Valar destruyeron completamente Utumno y sacaron al tirano Melkor de sus abismos. Después, Melkor fue llevado prisionero a Valinor y cargado de cadenas indestructibles. Este período recibió el nombre de Paz de Arda, y duró casi todo lo que quedaba de las Edades de los Árboles en Valinor y de las Edades de las Estrellas en la Tierra Media. Éstos fueron los mejores años para la raza élfica, porque, sin la ira maligna de Melkor, este pueblo elegido prosperó y aumentó más y más su poderío. Tras la Guerra de los Poderes, los Valar invitaron a los elfos a ir a vivir junto a ellos en la Tierra de la Luz. Esto provocó la migración masiva conocida como el Gran Viaje de los eldar, los elfos que respondieron a la invitación de los Valar.
El Gran Viaje fue el tema de muchas canciones de los elfos, porque la travesía fue larga y azarosa, y los eldar se dividieron muchas veces en diversas razas y tribus. Los que llegaron a las Tierras Imperecederas y fueron bendecidos por la Luz de los Árboles pertenecían a tres pueblos: los vanyar, los noldor y los teleri. Para estos pueblos escogidos, los Valar acotaron una parte de las Tierras Imperecederas que se llamó Eldamar, «Hogar de los elfos», y su hermosura era algo digno de contemplarse. Sus torres y mansiones eran muchas, pero las mejores se encontraban en Tirion, la capital de los vanyar y los noldor, y en las ciudades teleri de Alqualondë, en la costa de Eldamar, y en Avallónë, en la isla de Tol Eressëa.
Tras las Edades del Encadenamiento, Melkor fue llevado ante los Valar para ser juzgado. Parecía haber cambiado y dijo estar arrepentido, de manera que Manwë, el Señor de los Valar, ordenó que se le quitaran las cadenas. Pero los Valar fueron engañados. Melkor conspiraba en secreto su caída. Primero sembró la discordia entre los elfos y luego, aliado con la Gran Araña Ungoliant, declaró la guerra abierta. Se acercó a los Árboles de los Valar con Ungoliant y los atacó con una gran lanza, y la Araña chupó la vida y la Luz de los Árboles, de manera que éstos se agostaron y murieron. Todo Valinor quedó sumido en una horrible oscuridad con la No-Luz de Ungoliant y Melkor rió con maligna alegría porque por segunda vez había extinguido las grandes luces del mundo. No contento con esta gran maldad, Melkor se dirigió a la fortaleza élfica de Formenos, mató al Gran Rey de los noldor y robó las gemas mágicas conocidas como los Silmarils. Éstas eran las joyas más preciadas de todas las edades y tenían un carácter sagrado para sus creadores, los noldor, porque significaban su máximo logro en la creación de joyas élficas. Con el Oscurecimiento de Valinor, todavía cobraron más valor, porque aquellas tres gemas resplandecían y brillaban con la Luz viva de los Árboles de los Valar. Pero, por muy hermosos que fueran, los Silmarils parecían llevar consigo una terrible maldición, pues llevaban la destrucción y la desesperación a todos aquellos que los poseían. Cuando Melkor se apoderó de ellos y huyó a la Tierra Media, los noldor hicieron un juramento de sangre para vengarse y, bajo el liderazgo de Fëanor, creador de los Silmarils, fueron tras Melkor. Aquél fue el inicio de la Guerra de las Grandes Joyas, relatada en El Silmarillion, que duró toda la Primera Edad del Sol.




Las Edades de las Lámparas

       Después de la era de la Creación y de la formación de Arda, el «Quenta Silmarillion» y las publicaciones posteriores de los apuntes y cronologías de Tolkien en «El Ambarkanta» y los «Anales de Valinor» nos hablan de una época idílica que recibió el nombre de Edades de las Lámparas, cuando, a pesar de la Injuria de Arda durante la Primera Guerra, los Valar llenaron el mundo de maravillas naturales de gran hermosura y armonía. Se llamó así a estas edades porque los Valar crearon dos colosales Lámparas mágicas para iluminar el mundo.
Fue el Vala llamado Aulë el Herrero quien forjó estos recipientes dorados, mientras que la Reina de las Estrellas, Varda, y el Rey del Viento, Manwë, las llenaban y las hacían refulgir de luz. Se necesitaron los poderes combinados de los demás Valar para alzar cada Lámpara sobre enormes columnas, mucho más altas que cualquier montaña. Se colocó una Lámpara en el norte de la Tierra Media y se la llamó Illuin, que se alzaba en el centro de un mar interior llamado Helcar. La otra estaba en el sur, y se llamó Ormal, y se alzaba en el centro del mar interior llamado Ringil.
Durante las Edades de las Lámparas se creó el primer reino de los Valar, en el Gran Lago de la isla de Almaren, en el centro exacto de Arda. Era una maravilla, lleno de hermosas mansiones y torres de los Valar y Maiar, y el mundo se llenó de alegría y de luz.
Esta era idílica recibió también el nombre de «Primavera de Arda», porque Yavanna la Fructífera creó los grandes bosques y las vastas praderas, y muchos pacíficos y hermosos animales y criaturas del campo y el agua. Pero Almaren no fue el único reino que se creó en ese tiempo. Lejos, al norte, los espíritus malignos Maiar volvieron a reunirse y Melkor regresó a Arda. En secreto, mientras los Valar descansaban de sus tareas, Melkor alzó las enormes Montañas de Hierro, como un gigantesco muro que cruzaba las tierras septentrionales, y bajo ellas construyó una fortaleza del Mal, llamada Utumno. Desde aquel refugio comenzó a corromper las creaciones de los Valar y hubo venenos que se mezclaron con las aguas y los bosques. Las hermosas criaturas de Yavanna fueron deformadas y torturadas de forma que se volvieron monstruosas y sedientas de sangre.
Por último, cuando creyó que ya era lo bastante fuerte, Melkor avanzó con su ejército maligno y declaró la guerra a los Valar. Cogiéndolos por sorpresa, derrumbó los pilares de las Grandes Lámparas de manera que las montañas quedaron hechas pedazos y las feroces llamas de las Lámparas se extendieron por todo el mundo. En el cataclismo quedó totalmente destruido el reino de Almaren.
Con este terrible conflicto terminó la Primavera de Arda y el mundo quedó sumergido otra vez en la oscuridad, a excepción de la luz de los destructivos fuegos de la tierra, envuelto en el tumulto de los terremotos y el rugir de los mares. Hizo falta toda la fuerza de las huestes valarianas para sosegar estos poderosos cataclismos y evitar que el mundo entero quedara destruido.
En lugar de luchar contra Melkor en medio de aquel tumulto, provocando aún mayor destrucción, los Valar abandonaron Almaren y la Tierra Media. Se retiraron a la parte más occidental, al gran continente de Aman que recibiría el nombre de Tierras Imperecederas. De esta forma las Edades de las Lámparas llegaron a su fin, mientras los Valar creaban un nuevo reino en el oeste y las devastadas regiones de la Tierra Media quedaban esclavas del poder maligno de Melkor.







La Creación de Arda


Según el «Ainulindalë», el primer libro de El Silmarillion, cuando no había más que oscuridad y un gran Vacío, existía un Ser omnisciente que vivía solo en la nada. Se llamaba Eru el Único o, como lo llamarían después los elfos, Ilúvatar.
      Éste era el Ser que para Tolkien sería el origen de toda creación.
      A lo largo del «Ainulindalë» Tolkien nos cuenta cómo los pensamientos elementales de Ilúvatar se convirtieron en una raza de dioses, llamados los Ainur (los «santos») y cómo mediante el poder de Su espíritu -la «Llama Imperecedera»- Ilúvatar otorgó a los Ainur la vida eterna.
      Para esta raza de dioses, Ilúvatar creó una morada en el Vacío, que recibió el nombre de Palacios Intemporales. Aquí, Ilúvatar enseñó a los Ainur a cantar, y éstos se convirtieron en un enorme coro celestial. De la música de estos espíritus divinos surgió una sagrada Visión que era un mundo esférico que giraba en el Vacío.
      Arda, el mundo de Tolkien, literalmente surgió del canto, y cada miembro de la hueste celestial tuvo una parte en su concepción, incluso el poderoso espíritu satánico llamado Melkor, quien cantaba sobre la lucha y la discordia. Sin embargo, la Música de los Ainur no había creado más que una Visión; hizo falta la palabra y la orden de Ilúvatar (y el poder de la Llama Imperecedera) para crear Eä, el Mundo que es. De esta forma se le dio a la Visión sustancia y realidad. Y a ese mundo descendieron aquellos de los Ainur que más habían tomado parte en su concepción y que deseaban participar aún más en su formación.
       Así relataba Tolkien la creación de su planeta, al que llamó Arda. Su concepción es a la vez extrañamente etérea y vastamente operística. Además, es una especie de doble creación, porque, cuando los Ainur llegaron a Arda, encontraron que ellos tenían que darle forma. La Música y la Visión no eran más que grandes temas generales y profecías de lo que había de venir. Darle forma y crear su historia resultaron tareas mucho más difíciles.
      Tolkien nos dice que la mayoría de los Ainur permanecieron con Ilúvatar en los Palacios Intemporales, pero no vuelve a referirse a ellos. Sus historias tratan solamente de aquellos que entraron en las Esferas del Mundo. Aquí, estos espíritus divinos y sin cuerpo adoptaron manifestaciones de índole más física. Se convirtieron en los elementos y poderes de la naturaleza, pero, al igual que los dioses nórdicos o griegos, poseían una forma física, una personalidad, un género y estaban emparentados los unos con los otros. Los Ainur que entraron en Arda se dividen en dos órdenes: los Valar y los Maiar; los dioses y semidioses.
       Los Valar eran quince: Manwë, Rey de los Vientos; Varda, Reina de las Estrellas; Ulmo, Señor del Océano; Nienna, la Plañidera; Aulë, el Herrero; Yavanna, Dadora de Frutos; Oromë, Señor de los Bosques; Vána, la Joven; Mandos, Guardián de los Muertos; Vairë, la Tejedora; Lórien, Señor de los Sueños; Estë, la Curadora; Tulkas, el Fuerte; Nessa, la Bailarina, y Melkor, a quien más tarde se daría el nombre de Morgoth, el Enemigo Oscuro.
       Los Maiar eran multitud, pero sólo unos cuantos de estos inmortales aparecen nombrados en las crónicas de Tolkien: Eönwë, Heraldo de Manwë; Ilmarë, Doncella de Varda; Ossë de las Olas; Uinen de los Mares Tranquilos; Melian, Reina de los sindar; Arien, Conductora del Sol; Tilion, Conductor de la Luna; Sauron, Señor de los Anillos; Gothmog, Señor de los balrogs; Thuringwethil, la Vampira; Ungoliant, la Araña; Draugluin, el Licántropo; Baya de Oro, la Hija del Río; Iarwain Ben-adar (Tom Bombadil), y los cinco magos: Olórin (Gandalf), Curunir (Saruman), Aiwendil (Radagast), Alatar y Pallando.
      Tan sólo después de la creación del mundo y de que los Ainur entraran en él comenzó la cuenta del tiempo en Arda. Dado que durante la mayor parte de la historia de Arda no hay sol ni luna para medir el paso del tiempo, Tolkien nos da la medida cronológica del año valariano y de las edades valarianas. Cada año valariano, nos cuenta Tolkien, equivale a diez años tal y como los conocemos nosotros. Y dado que cada edad valariana contiene cien años valarianos, equivale a mil años humanos. Aunque hay numerosos sistemas superpuestos y variaciones en acontecimientos y fechas en los distintos escritos de Tolkien, existe la suficiente coherencia para estimar con cierta precisión que el tiempo transcurrido desde la Creación de Arda hasta el final de la Tercera Edad del Sol (poco después de la Guerra del Anillo) fue de treinta y siete edades valarianas, o, para ser más exactos, de 37.063 años humanos.
        Dentro de este vasto esquema temporal, los poderes recién llegados pasaron las primeras edades valarianas dando forma a Arda. Sin embargo, así como hubo discordia en la Música de los Ainur, también, cuando comenzó la verdadera formación de Arda, una hueste de espíritus Maiar, guiados por el poderoso Vala satánico llamado Melkor, el Enemigo Oscuro, originaron un gran conflicto. Fue ésta la Primera Guerra que llevó a que la simetría natural y la armonía de Arda se trocaran en confusión. Aunque Melkor acabó siendo rechazado, las tierras y mares de Arda conservaron cicatrices y desgarros y la posibilidad de Arda como mundo ideal, tal y como la había mostrado la Visión, se perdió para siempre.

John Ronald Reuel Tolkien

¿Quién fue Tolkien?

Tolkien en su estudio

John Ronald Reuel Tolkien (1892-1973) fue un gran estudioso del idioma Inglés, que se especializa en el Viejo y Medio Inglés. Dos veces el profesor de anglosajón (Inglés Antiguo) en la Universidad de Oxford, también escribió una serie de historias, incluyendo el más famoso de El Hobbit (1937) y El Señor de los Anillos (1954-1955), que se encuentra en una pre era -historic en una versión inventada de nuestro mundo a la que llamó por el nombre de Inglés medio de la Tierra Media. Esto fue poblado por hombres (y las mujeres), elfos, enanos, trolls, orcos (o Goblins) y de los Hobbits del curso. Él regularmente ha sido condenado por el Ing. Iluminado. establecimiento, con honrosas excepciones, pero amado por literalmente millones de lectores en todo el mundo.
En la década de 1960 fue tomado por muchos miembros de la "contra-cultura" naciente en gran medida debido a su preocupación por las cuestiones ambientales. En 1997 llegó la parte superior de tres encuestas británicas, organizado, respectivamente, por el Canal 4 / Waterstone, la Sociedad Folio, y SFX, la revista líder en medios de comunicación de la ciencia ficción del Reino Unido, entre los lectores exigentes les pidió votar por el mejor libro del siglo 20. Tenga en cuenta también que su nombre está escrito Tolkien (no hay "Tolkien").

Infancia y Juventud

El nombre de "Tolkien" (pron .: Tol-agudo; igual tensión en ambas sílabas) se cree que es de origen alemán; Toll-Kühn: tontamente valiente, o estúpidamente inteligente - de ahí el seudónimo "Oxymore", que él utiliza ocasionalmente. El lado de su padre de la familia parece haber emigrado de Sajonia en el siglo 18, pero en el siglo y medio antes de su nacimiento había convertido a fondo inglesado. Ciertamente su padre, Arthur Reuel Tolkien, se consideraba nada si no es Inglés. Arthur era un empleado de banco, y se fue a Sudáfrica en la década de 1890 por mejores perspectivas de promoción. Allí estuvo acompañado por su esposa, Mabel Suffield, cuya familia no sólo eran Inglés hasta la médula, pero West Midlands desde tiempos inmemoriales. Así que John Ronald ("Ronald" para la familia y los primeros amigos) nació en Bloemfontein, SA, el 3 de enero de 1892. Sus recuerdos de África fueron leves, pero vivo, incluyendo un encuentro aterrador con una gran araña peluda, e influyó en su escritura posterior para cierto punto; ligera, porque el 15 de febrero 1896 murió su padre, y él, su madre y su hermano menor, Hilary volvió a Inglaterra - o, más particularmente, las West Midlands.
El West Midlands en la infancia de Tolkien eran una mezcla compleja de la tristemente conurbación Birmingham industrial, y el estereotipo por excelencia rural de Inglaterra, Worcestershire y sus alrededores: país Severn, la tierra de los compositores Elgar, Vaughan Williams y Gurney, y más lejanamente el poeta AE Housman (también es justo al otro lado de la frontera de Gales). La vida de Tolkien se dividió entre estos dos: la aldea entonces muy rural de Sarehole, con su molino, justo al sur de Birmingham; y oscuramente sí Birmingham urbano, donde fue enviado finalmente a la Escuela del Rey Eduardo. Para entonces la familia se había mudado a King Heath, donde la casa daba a una línea de ferrocarril - el desarrollo de la imaginación lingüística joven de Ronald fue contratado por la visión de los camiones de carbón ir y venir de Gales del Sur que lleva destinos como "Nantyglo", "Penrhiwceiber" y " Senghenydd ".
Luego se trasladaron a la un tanto más agradable suburbio de Birmingham de Edgbaston. Sin embargo, mientras tanto, algo de profunda importancia había ocurrido, que distanciado Mabel y sus hijos de ambos lados de la familia: en 1900, junto con su hermana de mayo, fue recibido en la Iglesia Católica Romana. A partir de entonces, tanto Ronald y Hilary fueron educados en la fe de Pío Nono, y permanecieron católicos devotos durante toda su vida. El párroco que visitó a la familia era regularmente la media española media-Welsh Padre Francis Morgan.
La vida familiar Tolkien fue generalmente vivía en el lado gentil de la pobreza. Sin embargo, la situación se agravó en 1904, cuando Mabel Tolkien fue diagnosticado de diabetes, generalmente fatal en aquellos días antes de la insulina. Murió el 14 de noviembre de ese año dejando a los dos muchachos huérfanos efectivamente indigentes. En este punto, el padre Francis se hizo cargo, y se aseguró de material de los niños, así como el bienestar espiritual, aunque en el corto plazo que se abordaron con una tía por matrimonio antipático, Beatrice Suffield, y luego con una señora Faulkner.
Por este tiempo Ronald ya mostraba regalos lingüísticos notables. Había dominado el latín y el griego, que era el típico elemento básico de una educación artística en ese momento, y fue cada vez más que competente en una serie de otras lenguas, tanto modernos como antiguos, en particular góticos, y más tarde finlandeses. Él ya estaba ocupado haciendo hasta sus propios idiomas, puramente por diversión. Él también había hecho una serie de amigos cercanos en el King Edward; en sus últimos años en la escuela se reunieron regularmente después de horas como el "TCBS" (Tea Club, Barrovian Sociedad, el nombre de su lugar de reunión en el Barrow Stores) y continuaron corresponden estrechamente e intercambio y criticar la obra literaria de uno al otro hasta 1916.
Sin embargo, había surgido otra complicación. Entre los inquilinos de la pensión de la señora Faulkner era una joven llamada Edith Bratt. Cuando Ronald tenía 16 años y ella 19, que entabló una amistad, que profundiza poco a poco. Finalmente Padre Francisco tomó una mano, y prohibió a Ronald para ver o incluso corresponder con Edith durante tres años, hasta que tuvo 21. Ronald obedeció estoicamente este mandato a la letra. Se acercó a Exeter College de Oxford en 1911, donde permaneció, sumergiéndose en las obras clásicas, inglés antiguo, las lenguas germánicas (especialmente góticas), galeses y finlandeses, hasta 1913, cuando él con rapidez aunque no sin dificultad recogió los hilos de su relación con Edith. Luego obtuvo un decepcionante grado de segunda clase en honor Moderaciones, la etapa "a medio camino" de una (es decir Classics) curso de 4 años de Oxford "Grandes", aunque con un "alfa más" en la filología. Como resultado de esta cambió de escuela de las obras clásicas de la más agradable Inglés Lengua y Literatura. Uno de los poemas que él descubrió en el curso de sus estudios de inglés antiguo era el Crist de Cynewulf - fue sorprendido sobre todo por la copla críptica:
Eala Eärendel Engla beorhtast
Ofer middangeard monnum sended
Lo que se traduce como:
Hail Eärendel más brillante de los ángeles,
sobre la Tierra Media enviado a los hombres.
(" Middangeard "era una expresión antigua para el mundo todos los días entre el Cielo y el Infierno arriba abajo.)
Esto inspiró algunos de sus intentos muy tempranas y incipientes en la realización de un mundo de belleza antigua en su versificar.
En el verano de 1913 se tomó un trabajo como tutor y escolta a dos muchachos mexicanos en Dinard, Francia, un trabajo que terminó en tragedia. Aunque no por culpa de Ronald, no hizo nada para contrarrestar su aparente predisposición contra Francia y lo francés.
Mientras tanto la relación con Edith iba más suavemente. Ella se convirtió al catolicismo y se trasladó a Warwick, que con su espectacular castillo y el hermoso paisaje que rodea hizo una gran impresión en Ronald. Sin embargo, mientras que el par se estaban volviendo cada vez más estrecha, las naciones se esfuerzan cada vez más furiosamente juntos, y finalmente la guerra estalló en agosto de 1914.

Guerra, Perdidos Cuentos y Academia

A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Tolkien no se apresuró para unirse de inmediato en el estallido de la guerra, pero regresó a Oxford, donde trabajó duro y, finalmente, logró un título de primera clase en junio de 1915. En este tiempo él también estaba trabajando en varios intentos poéticos, y en sus lenguas inventadas, especialmente uno que vino a llamar Qenya [ sic ], que fue fuertemente influenciado por el finlandés - pero él todavía se sentía la falta de un hilo conductor para traer sus vívidos pero dispares imaginaciones juntos. Tolkien finalmente alistó como segundo teniente en los Fusileros de Lancashire mientras trabajaba en las ideas de Eärendel [ sic ] el Mariner, que se convirtió en una estrella, y sus peregrinaciones. Durante muchos meses Tolkien se mantuvo en suspenso aburrido en Inglaterra, principalmente en Staffordshire. Finalmente parecía que pronto debe embarcarse para Francia, y él y Edith se casó en Warwick en 22 de marzo 1916.
Eventualmente fue enviado de hecho al servicio activo en el frente occidental, justo a tiempo para la ofensiva del Somme. Después de cuatro meses dentro y fuera de las trincheras, sucumbió a "fiebre de las trincheras", una forma de infección, como el tifus común en las condiciones insalubres, ya principios de noviembre fue enviado de vuelta a Inglaterra, donde pasó el próximo mes en el hospital de Birmingham. Por Navidad se había recuperado lo suficiente como para quedarse con Edith en Great Haywood en Staffordshire.
Durante estos últimos meses, todos menos uno de sus amigos más cercanos de la "TCBS" habían muerto en acción. En parte como un acto de piedad a su memoria, sino también agitó la reacción en contra de sus experiencias de la guerra, que ya había comenzado a poner sus historias en forma, " ... en cabañas llenas de blasfemias y obscenidades, o por la luz de la vela en tiendas de campana, incluso algunos en refugios subterráneos bajo fuego de artillería "[ Cartas 66]. Este orden de su imaginación se convirtió en el libro de los Cuentos Perdidos (no publicada en vida), en el que la mayoría de las principales historias del Silmarillion aparecen en su primera forma: cuentos de los Elfos y los "gnomos", (es decir, profunda Elfos , los Noldor después), con sus lenguas y Qenya Goldogrin. Aquí se encuentran las primeras versiones grabadas de las guerras contra Morgoth, el asedio y la caída de Gondolin y Nargothrond, y los cuentos de Turín y de Beren y Lúthien.
A lo largo de 1917 y 1918 mantuvo su enfermedad recurrente, a pesar de períodos de remisión permitieron que él haga servicio a domicilio en diferentes campos lo suficientemente bien como para ser ascendido a teniente. Fue cuando estaba estacionado en la zona del casco que él y Edith se fue caminando en el bosque en el cercano Roos, y allí, en una arboleda espesa con cicuta Edith bailó para él. Esta fue la inspiración para la historia de Beren y Lúthien, un tema recurrente en su obra "legendarium". Llegó a pensar en Edith como "Lúthien" y como "Beren". Su primer hijo, John Francis Reuel (más tarde el padre John Tolkien) ya había nacido el 16 de noviembre 1917.
Cuando el armisticio fue firmado el 11 de noviembre de 1918, Tolkien ya había estado poniendo a cabo sondeos para obtener un empleo académico, y por el tiempo que fue desmovilizado que había sido nombrado Asistente Lexicógrafo en el Nuevo Diccionario Inglés (el "Diccionario Inglés de Oxford"), a continuación, en preparación. Mientras se hace el serio trabajo filológico involucrado en esto, también dio una de sus Cuentos Perdidos su primera emisión pública - leyó La Caída de Gondolin para el Ensayo Club de Exeter College, donde fue bien recibido por un público que incluía Neville Coghill y Hugo Dyson, dos futuros "Inklings". Sin embargo, Tolkien no se quedó en este trabajo por mucho tiempo. En el verano de 1920 presentó su candidatura para el puesto bastante alto de Reader (aproximadamente, Profesor Asociado) en Idioma Inglés en la Universidad de Leeds, y para su sorpresa fue nombrado.
En Leeds, así como la enseñanza colaboró ​​con EV Gordon en la famosa edición de Sir Gawain y el Caballero Verde , y continuó escribiendo y perfeccionando El Libro de los Cuentos Perdidos y sus lenguas "élficos" inventados. Además, él y Gordon fundó una "Viking Club" para los estudiantes dedicados principalmente a la lectura de sagas nórdicas antiguas y bebiendo cerveza. Fue por este club que él y Gordon originalmente escribió sus canciones para los filólogos , una mezcla de canciones tradicionales y versos originales traducidos al Inglés Antiguo, nórdico antiguo y gótico para adaptarse a las melodías tradicionales inglesas. Leeds también vio el nacimiento de dos hijos más: Michael Hilary Reuel en octubre de 1920, y Christopher Reuel en 1924. Luego, en 1925 el Rawlinson y Bosworth Cátedra de anglosajón en Oxford quedó vacante; Tolkien aplicó con éxito para el puesto.

Profesor Tolkien, Los Inklings y Hobbits

20 Northmoor carretera
20 Northmoor Road, Oxford, donde Tolkien escribió El Señor de los Anillos .
En cierto sentido, en volver a Oxford como profesor, Tolkien había vuelto a casa. A pesar de que tenía pocas ilusiones sobre la vida académica como un refugio de la erudición mundana (véase, por ejemplo Cartas 250), fue, sin embargo, por temperamento don de un don, y equipado muy bien en el mundo en gran parte masculina de la enseñanza, la investigación, el intercambio de camaradería de ideas y la publicación ocasional. De hecho, su récord publicación académica es muy escasa, algo que habría sido mal visto en estos días de evaluación cuantitativa de personal.
Sin embargo, sus publicaciones académicas raros eran a menudo extremadamente influyente, más notablemente su conferencia "Beowulf, los monstruos y los críticos". Sus comentarios aparentemente casi desechables veces han ayudado a transformar la comprensión de un campo en particular - por ejemplo, en su ensayo sobre "Inglés y el galés", con su explicación de los orígenes del término "Welsh" y sus referencias a phonaesthetics (tanto éstos piezas se recogen en Los Monstruos y los Críticos y otros ensayos , actualmente en prensa). Su vida académica fue en gran medida de lo contrario nada especial.En 1945 cambió su silla a la Merton Cátedra de Inglés Lengua y Literatura, que conservó hasta su jubilación en 1959. Aparte de todo lo anterior, fue profesor de pregrado, y jugó un papel importante pero regla en la política y la administración académica.
Su vida familiar fue igualmente sencillo. Edith dio a luz a su último hijo y única hija, Priscilla, en 1929. Tolkien se metió en el hábito de escribir las cartas de los niños ilustrados anuales como si de Santa Claus, y una selección de éstos fue publicado en 1976 como Las Cartas de Navidad del padre . También les dijo numerosos cuentos antes de dormir, de los que hablaremos más adelante. En la edad adulta John entró en el sacerdocio, Michael y Christopher tanto vio servicio en la guerra de la Fuerza Aérea Real. Posteriormente, Michael se convirtió en un maestro de escuela y Christopher profesor universitario, y Priscila se convirtió en un trabajador social. Ellos vivían tranquilamente en North Oxford, y más tarde Ronald y Edith vivía en el suburbio de Headington.
Sin embargo, la vida social de Tolkien estaba lejos de ser nada especial. Pronto se convirtió en uno de los miembros fundadores de un grupo suelto de amigos de Oxford (no todos en la Universidad) con intereses similares, conocidos como "Los Inklings". Los orígenes del nombre eran puramente gracioso - que tenía que ver con la escritura, y sonaba ligeramente anglosajona; no había pruebas de que los miembros del grupo que dijo tener una "sospecha" de la naturaleza divina, como se sugiere a veces.Otros miembros prominentes incluyen los mencionados señores Coghill y Dyson, así como Owen Barfield, Charles Williams, y sobre todo, CS Lewis, que se convirtió en uno de los amigos más cercanos de Tolkien, y por cuyo retorno al cristianismo Tolkien fue al menos en parte responsable. Los Inklings reunían regularmente para conversar, beber y la lectura frecuente de su trabajo en progreso.

El Narrador

Mientras tanto Tolkien continuó desarrollando su mitología y lenguas. Como se mencionó anteriormente, les dijo a sus hijos historias, algunas de las cuales se desarrolló en los publicados póstumamente como el Sr. Felicidad , Roverandom , etc. Sin embargo, según su propio relato, un día cuando estaba comprometido en la tarea que destruye el alma de marcar los exámenes, descubrió que un candidato había salido una página en blanco de un libro-respuesta. En esta página, movido por quién sabe qué demonio anárquica, escribió " En un agujero en el suelo vivía un hobbit ".
En la moda típica Tolkien, luego decidió que necesitaba para saber lo que es un Hobbit era, qué tipo de un agujero que vivía, por lo que vivía en un agujero, etc. A partir de esta investigación creció un cuento que le dijo a sus niños más pequeños, e incluso pasó ronda. En 1936 un manuscrito incompleto de vino en las manos de Susan Dagnall, un empleado de la empresa editorial de George Allen and Unwin (fusionada en 1990 con HarperCollins).
Pidió Tolkien para terminarlo, y presentó la historia completa a Stanley Unwin, el entonces presidente de la firma. Lo intentó salir en su 10 años de edad, hijo de Rayner, quien escribió un informe que se aprueba, y fue publicado como El Hobbit en 1937. Inmediatamente se anotó un éxito, y no ha estado fuera de los niños se recomienda la lectura de las listas desde entonces. Fue tan exitoso que Stanley Unwin le preguntó si tenía cualquier material más similares disponibles para su publicación.
Para entonces Tolkien había comenzado a hacer su legendarium en lo que él cree que es un estado más presentable, y como señaló más tarde, toques de lo que ya había hecho su camino en El Hobbit .Ahora estaba llamando la cuenta completa Quenta Silmarillion , o Silmarillion , para abreviar. Presentó algunos de sus cuentos "terminados" a Unwin, que los enviaron a su lector. La reacción del lector era mixta: la aversión de la poesía y la alabanza por la prosa (el material fue la historia de Beren y Lúthien) pero la decisión general en ese momento era que no eran comercialmente publicable. Unwin transmitió con tacto este mensaje a Tolkien, pero le volvió a preguntar si estaba dispuesto a escribir una secuela de El Hobbit . Tolkien estaba decepcionado por el aparente fracaso de El Silmarillion , pero accedió a asumir el reto de "The New Hobbit".
Esto pronto se convirtió en algo mucho más que un cuento para niños; para la gran complejidad de 16 años de historia de lo que se hizo El Señor de los Anillos consultar las obras que figuran a continuación.Baste decir que el ahora adulto Rayner Unwin estaba profundamente involucrado en las etapas posteriores de esta obra, que trata magníficamente con un autor dilatoria y temperamental que, en una etapa, se ofrece toda la obra a un rival comercial (que retrocedió rápidamente cuando la escala y la naturaleza del paquete se hicieron evidentes). Es gracias a la promoción de Rayner Unwin que le debemos el hecho de que este libro fue publicado en absoluto - laituvalmes andavë ! La empresa de su padre decidió incurrir en la pérdida probable de 1.000 libras esterlinas para el succès d'estime , y publicarlo bajo el título de El Señor de los Anillos en tres partes durante 1954 y 1955, con los derechos de los EEUU va a Houghton Mifflin. Pronto se hizo evidente que tanto el autor y los editores habían subestimado enormemente atractivo para el público de la obra.

El culto"

JRR Tolkien con el mapa
Foto por Pamela Chandler. © Diana Willson. Usado con permiso.
El Señor de los Anillos llegó rápidamente a la luz pública. Tenía críticas variadas, que van desde el éxtasis (WH Auden, CS Lewis) al condenatoria (E. Wilson, E. Muir, P. Toynbee) y casi todo lo demás. La BBC se puso una adaptación radiofónica condensada drásticamente en 12 episodios en el tercer programa.En 1956 la radio era todavía un medio dominante en Gran Bretaña, y el tercer programa fue el canal "intelectual". Lejos de perder dinero, por lo que las ventas superaron el punto de equilibrio para hacer Tolkien se arrepiente de no haber tomado la jubilación anticipada. Sin embargo, esto todavía estaba basado únicamente en las ventas de tapa dura.
El momento realmente increíble fue cuando El Señor de los Anillos entró en una versión de bolsillo pirateada en 1965. En primer lugar, esto puso el libro en la categoría de impulso de compra; y en segundo lugar, la publicidad generada por la disputa de derechos de autor alertó a millones de lectores estadounidenses de la existencia de algo fuera de su experiencia previa, pero que parecía hablar con su condición. En 1968 El señor de los anillos casi se había convertido en la Biblia de la "Sociedad Alternativa".
Este desarrollo produjo sentimientos encontrados en el autor. Por un lado, estaba muy halagado, y para su sorpresa, se convirtió en lugar rico. Por otra parte, sólo pudo deplorar aquellos cuya idea de un gran viaje fue de ingerir El Señor de los Anillos y el LSD simultáneamente. Arthur C. Clarke y Stanley Kubrick tuvieron experiencias similares con 2001: Una odisea del espacio . Los aficionados estaban causando problemas cada vez mayores; tanto los que vinieron a gawp en su casa y los que, sobre todo de California que llamó por teléfono a las 7 pm (tiempo - 03 a.m. suyo), para exigir saber si Frodo había tenido éxito o fracaso en la búsqueda, lo que era el pretérito de Quenyan lanta -, o si o no Balrogs tenían alas. Así que cambió direcciones, su teléfono se fueron ex-directorio, y, finalmente, él y Edith se trasladó a Bournemouth, un centro turístico de la Costa Sur agradable pero aburrido ("Sandbourne" de Hardy), que destaca por el número de sus ancianos acomodada hacer los residentes.
Mientras tanto el culto, no sólo de Tolkien, sino de la literatura fantástica que había revivido, si no inspirado realidad (a su pesar), fue realmente despegando - pero eso es otra historia, que se les diga en otro lugar.

Otros Escritos

A pesar de todo el alboroto sobre El Señor de los Anillos , entre 1925 y su muerte Tolkien escribió y publicó una serie de artículos, incluyendo una serie de ensayos académicos, muchas reimpreso en Los Monstruos y los Críticos y otros ensayos (véase más arriba); un trabajo relacionado con la Tierra Media,Las aventuras de Tom Bombadil ; ediciones y traducciones de Inglés medio funciona como el Ancrene Wisse , Sir Gawain , sir Orfeo y La Perla , y algunas historias independientes del legendarium, como elImram , El Regreso del Hijo de Beorhtnoth Beorhthelm , La Balada de Aotrou y Itroun - y , sobre todo, Egidio, el granjero de Ham , Hoja de Niggle y El herrero de Wootton Mayor .
El flujo de publicaciones se desaceleró sólo temporalmente por la muerte de Tolkien. El tan esperadoSilmarillion , editado por Christopher Tolkien, apareció en 1977. En 1980 Christopher también publicó una selección de escritos incompletos de su padre de sus últimos años bajo el título de Cuentos Inconclusos de Númenor y la Tierra Media . En la introducción de este trabajo Christopher Tolkien se refirió de pasada a El Libro de los Cuentos Perdidos , "en sí mismo una obra muy importante, de la mayor interés para uno ocupa de los orígenes de la Tierra Media, pero que requiere que se presentará en un largo y complejo estudio, en todo caso "( Cuentos Inconclusos , p. 6, párrafo 1).
Las ventas de El Silmarillion habían tenido lugar George Allen & Unwin por sorpresa, y los de los Cuentos Inconclusos aún más. Obviamente, había un mercado incluso para este material relativamente abstrusa y decidieron arriesgarse a embarcarse en este "estudio largo y complejo". Aún más largo y complejo de lo esperado, los 12 volúmenes resultantes de la Historia de la Tierra Media , bajo dirección editorial de Christopher, demostraron ser una empresa exitosa. (Editores de Tolkien habían cambiado de manos, y nombres, varias veces entre el inicio de la empresa en 1983 y la aparición de la edición de bolsillo del Volumen 12, Los Pueblos de la Tierra Media , en 1997.)

Finis

Tumba de Tolkien
Edith y Tumba de Tolkien
Después de su retiro en 1959 Edith y Ronald trasladaron a Bournemouth. El 22 de noviembre 1971 Edith murió, y Ronald pronto volvió a Oxford, a habitaciones proporcionadas por Merton College.Ronald murió el 2 de septiembre de 1973. Él y Edith están enterrados juntos en una sola tumba en la sección Católica de Wolvercote cementerio en los suburbios del norte de Oxford. (. La tumba está bien señalizado desde la entrada) La leyenda de la lápida se lee:
Edith María Tolkien, Lúthien, 1889-1971
John Ronald Reuel Tolkien, Beren, 1892-1973
Escrito por David Doughan.



Fuente: http://www.tolkiensociety.org/author/biography/